¿Tienes en mente alguna imagen de las típicas películas americanas en las que aparecen multitud de empleados en sus cubículos compitiendo unos contra otros y trabajando individualmente para conseguir objetivos? Pues trabajar en equipo significa todo lo contrario.
Cuando un equipo es fuerte, está cohesionado, está formado por personas con habilidades complementarias y, una parte importantísima, tienen un objetivo común, son capaces de mejorar estrepitosamente los resultados de un negocio.
Esta cooperación, el trabajar de una forma eficiente conjuntamente, no nace esporádicamente. Si no que es tu responsabilidad enseñar a tus empleados a trabajar en equipo.
Déjame que te cuente algo que viví en primera persona. Una de mis experiencias profesionales fue en una empresa tecnológica, en el departamento comercial. Éramos un equipo de 6 personas. El director comercial era un tío competente, sabía cómo llevar al equipo, fomentaba la cooperación y la confianza entre los distintos miembros del grupo. Existía rivalidad, competitividad, pero como le llamo yo “de un modo sano”. Teníamos objetivos individuales, pero también de grupo.
Cada componente del equipo, incluido el director comercial, sabía a la perfección cuáles eran sus habilidades. Nadie ocultaba sus errores y debilidades y nos apoyábamos los unos en los otros para modificar y superar aquello que nos suponía un obstáculo.
Realizábamos reuniones productivas, con vida, en las que proponíamos acciones y se asignaban responsabilidades según habilidades y capacidades. Todos sabíamos cuál era nuestro propósito, cuál era nuestro objetivo.
Hay que reconocer la gran capacidad de trabajo en equipo que tenía el director comercial. El equipo era bueno, pero él lo sabía hacer brillar.
Al cabo de unos meses, el director comercial tuvo que abandonar la empresa por una serie de motivos personales. Nos colocaron a uno nuevo, muy reputado, con una experiencia tremenda en el sector.
En unos pocos meses el departamento estaba desmembrado, fracturado. En el ambiente se respiraba tensión, malos royos. Las personas del equipo ya no nos apoyábamos las unas en las otras, competíamos de malas formas. Empezamos a trabajar de forma individual, a mirar por nosotros mismos sin importarnos los demás. En pocas (y malas) palabras: cada uno de nosotros quería salvar su propio culo.
Las reuniones ya no se realizaban en equipo, sino que el director comercial nos cogía de uno en uno y “nos motivaba” (a su manera, está claro).
En un principio las ventas se mantuvieron, incluso llegaron a incrementar. El 4º mes fue un desastre. Las ventas bajaron alrededor de un 30%, el equipo estaba cansado y agotado mentalmente. La cosa no quedó ahí: el 5º, 6º, 7º y muchos meses posteriores, las ventas siguieron cayendo y cayendo. Ciertos miembros del equipo marcharon, nuestra motivación estaba por los suelos. Ya no sabíamos cuál era nuestro propósito, ni por qué hacíamos lo que estábamos haciendo.
Bueno, el responsable de esta catástrofe siguió su camino y yo marché de la compañía. No sé cómo acabó la historia, pero creo que no muy bien (ni para los propios empleados, ni para el negocio).
Permíteme la expresión: “¿quién la cagó?” Tengo mi opinión, pero me la reservo. No voy a entrar en eso, cada uno que saque sus propias conclusiones. Pero lo que sí sé y te puedo asegurar es que:
- Fomentar el trabajo en equipo es responsabilidad de los dirigentes del negocio (o de quien esté al mando del grupo).
- Si no se promueve dicha forma de trabajar desde la alta dirección, es imposible fomentar esta habilidad y capacidad entre los empleados.
- Trabajar en equipo contribuye al crecimiento y a la mejora de los resultados de la compañía.
Como gerente, empresario o dueño de tu empresa, te animo a enseñar a tu equipo a cooperar y colaborar de forma efectiva, a generar sinergias y a fomentar la mentalidad de que trabajando en equipo se pueden lograr mejores resultados que solos.
A continuación te dejo una serie de recomendaciones que puedes empezar a implementar si quieres conseguir implementar y extender la capacidad de trabajar en equipo en tu propia empresa:
- Mantén informados a tus empleados. Comparte con ellos información relevante, logros, situaciones que les afectan…
- Identifica las habilidades y capacidades de los integrantes del equipo. Potencia las fortalezas de cada miembro y anímale a que se apoye en sus compañeros en aquellos aspectos que no domine.
- Comunica las habilidades y capacidades de cada uno de los miembros al resto del equipo.
- Escucha a tus trabajadores. Pídeles ideas, opiniones. Hazles sentir que forman parte de algo, que forman parte de la empresa.
- Comunica al grupo cuál es el objetivo común para el que deben trabajar y esforzarse.
- Asigna responsabilidades dentro del grupo. Evita duplicidad de tareas y posibles confusiones y malos entendidos.
¿Qué otros métodos o hábitos utilizas para fomentar la capacidad de trabajar en equipo en tu negocio? Estaré encantada de que compartas conmigo tus experiencias.
Nos vemos la semana que viene ¡Un saludo!
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